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En una carilla: El cuento de Pedro y Ryanair

“#AventuraRyanair”. Este es el hashtag que utiliza un amigo cada vez que realiza un vuelo con la compañía irlandesa pero a la luz de las últimas noticias, creo que debería evolucionar a cosas como #Rezadvuestrasoraciones o #Aterrizacomopuedas.

Aterrizajes forzosos por falta de combustible o una tripulación que ignora al pasajero parecen motivos más que suficientes para pedir explicaciones a una compañía ya muy cuestionada por sus métodos. A esto se le suma el incidente de las chinches, lo que bien podría ser una broma parodiando a la conocida Serpientes en el avión; la cómica gota que colma el vaso.

Estamos probablemente ante el cuento de Pedro y el lobo en su versión actualizada y aérea. Algún día pasará algo y entonces, ya sin escondernos, gritaremos en los medios que se veía venir, que cómo se les permitía volar y habrá hasta quien asegure que vio un moro subir a aquel avión con un paquete sospechoso.

¿Por qué volamos con ellos entonces? Porque podemos. Veo en Twitter quien espeta: “¿Qué más necesitáis que pase para dejar de jugaros la vida?” Pues dinero; necesitamos dinero. Si se quiere reducir el paro juvenil en nuestro país, que derriben cada vuelo de Ryanair que despegue desde nuestros aeropuertos; casi seguro que el 90 % serán jóvenes con pocos ingresos. Somos modestos hasta para emigrar.

Si no podemos permitirnos los pasajes que ofrecen las compañías de primera línea, tendremos que arriesgarnos con las lowcost. “Me ahorro un pastón y la verdad es que casi nunca pasa nada”, pensamos, “y no voy a tener yo la mala suerte de que me pase a mí”. Por eso en Ryanair casi siempre se aplaude al aterrizar.

Quien esperase una opinión firme sobre el tema va a tener que quedarse esperando porque la verdad es que no la tengo. Supongo que yo sería de los locos que eligen a la compañía irlandesa y eso que me asusta hasta montarme en la noria… Pero mi cuenta corriente me da más miedo.

1 comentarios:

Sofía Navarro dijo...

Esto es antipropaganda de las grandes aerolíneas que son más caras y tienen un porcentaje de problemas durante el vuelo y de restrasos descaradamente más alto que Ryanair. No lo digo por decir. Vuelo mucho con Ryanair, sobre todo desde que me vine a Londres, y me he informado. Los números son reveladores: es normal que Iberia les envidie. Y por si los números no fueran suficientes, está la experiencia. Mis vuelos siempre han sido tranquilos, los miembros de la tripulación son muy atentos y el horario se ha cumplido a rajatabla. #YoVoyConRyanair